Madrugada del siete de enero de 2010. Me queda un día en Madrid antes de marcharme a Bruselas.
Apenas unas horas.
En estos días he paseado por la tristeza, el nerviosismo, el mal humor y la alegría. Ya no. Ahora desde aquí, bajo de mi edredón, miro las paredes de mi cuarto desnudas y no siento su frío. Estoy en suspensión. Sólo espero. Y disfruto de los minutos que aún huelen a estas calles villanas. Aunque sean
apenas unos segundos.
Me marcho, me voy un año a vivir fuera. Son tres "B" y una "V": Bruxelles, Becaria, Birra y Vida. Vale, también es una "EFE", la que será espina dorsal de mis días de Enero a Diciembre.
Apenas un momento.
Pena, sí. Pero más si no la hubiera.
Madrid...Bruxelles
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