Señoras cargando bolsas de la compra, universitarios con carpetas, mamás con niños, abuelitos de camino a la clínica, una arquitectura digna de la casa de un hobbit... y una tipa con una libreta y un boli. Todo un cosmos en torno a la boca de metro Alma. Sí, sí, se llama así.
Me declaro creyente de esta profana belleza urbana.
Me declaro creyente de esta profana belleza urbana.
Parece como si todos los elementos del mobiliario urbano tuvieran vida propia...o alma.
ResponderEliminarTienes mucha razón Anónimo. Toda ciudad tiene un alma que se puede sentir en sus calles y sus gentes. La de Bruxelles, está llena de cicatrices y de movimiento, me parece a mí, y eso la hace muy intensa.
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